Las elecciones intermedias del 8 de noviembre podrían cambiar el rumbo de Estados Unidos y delinear la elección presidencial de 2014. Uno de los temas candentes de la elección es la política inmigratoria, lo que podría impactar la vida de los 40 millones personas inmigrantes en el país.
Las elecciones intermedias del 8 de noviembre podrían cambiar el rumbo de Estados Unidos y delinear la elección presidencial de 2014. Uno de los temas candentes de la elección es la política inmigratoria, lo que podría impactar la vida de los 40 millones personas inmigrantes en el país.
El tema inmigratorio, así, se ha colado en las campañas de cara a los comicios intermedios, y las propuestas abarcan un amplio espectro. Mientras que algunos estados seguirán siendo refugio para los inmigrantes, otros se volverán más peligrosos en un país cada vez más polarizado.
El gobernador de Florida, Ron de Santis, al igual que Greg Abbott, ha estado transportando inmigrantes y es uno de los que sostiene que hay que «combatir la crisis en la frontera».
En septiembre de este año, De Santis afirmó: «Nosotros no somos un estado santuario y es mejor poder ir a una jurisdicción santuario, y sí, ayudaremos a facilitar ese transporte para que puedan ir un lugar más prometedor». Y añadió: «Todas las comunidades de Estados Unidos deberían compartir las cargas. No debería recaer todo en un puñado de estados rojos».
Meses atrás, en el sitio del estado de Florida, De Santis anunció un paquete de medidas que delinean su política inmigratoria y que incluyen la formación de una fuerza de choque del estado para interceptar el contrabando de personas, el tráfico y para incautar armas ilegales. Además, elevó una petición a la Corte Suprema de Florida para que un gran jurado estatal examine las redes internacionales de contrabando de personas que llevan extranjeros a la frontera sur y, en última instancia, a Florida.
En tercer lugar, el gobernador DeSantis firmó el proyecto de ley del Senado 1808, una legislación radical que busca «prohibir a los organismos gubernamentales contratar a cualquier transportista que facilite el reasentamiento de extranjeros ilegales en Florida», además de «exigir a ciertas agencias de aplicación de la ley que que firmen un acuerdo por escrito con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) para ayudar a en la aplicación de las leyes federales de inmigración identificando a los extranjeros ilegales».
De Santis se enfrentará, por el lado demócrata, a Charlie Chris, quien, además de haber ejercido como legislador, ya ha ocupado la silla de la gobernación del estado entre los años 2007 y 2011. Su política inmigratoria podría ser definida como una de «brazos abiertos»: en su sitio oficial, Chris propone la creación de una oficina para ayudar a los nuevos floridianos (unos 330.000 al año, de los cuales el 20% son inmigrantes).
Dicha oficina «eliminará las barreras burocráticas y proveerá la información y los servicios necesarios para asegurar que cada nuevo floridano tenga una transición exitosa». Además, «servirá como el recurso principal para los nuevos residentes que necesiten ayuda para echar raíces en el Estado del Sol. En su plataforma, Chris no hace distinción entre un inmigrante de Boston y uno de Florida. «La Oficina Para Nuevos Floridanos se asegurará que Florida sea el estado más acogedor de los Estados Unidos para nuevos residentes».